El centro espiritual de la Fellowship, Apolo, está localizado al norte de California, en un área de 500 hectáreas situada en las estribaciones de la Sierra Nevada.  Durante cuarenta años, los miembros han trabajado la tierra, transformándola poco a poco en un lugar de huertas y viñedos, fuentes y jardines. Es una comunidad internacional de seiscientos miembros e incluye un restaurante, un teatro al aire libre, una imprenta, una sala de conciertos, una bodega ganadora de premios y una galería de arte.

Todos los miembros de la Fellowship están invitados a vivir en Apolo o a venir de visita lo más a menudo posible, y a participar en las actividades diarias. Compartimos el trabajo de jardinería, cocina, oficina, construcción, diseño floral, y un lavado de platos que parece interminable. Tenemos una orquesta, un coro y un grupo de teatro; nos reunimos diariamente con motivo de reuniones, grupos de estudio, cenas conciertos y lecturas.

Sin embargo, aunque estas formas exteriores son motivo de inspiración, no son nuestro auténtico objetivo o logro. En Apolo lo visible existe principalmente para lo invisible —todo ha sido creado para apoyar la disciplina interna de estar presente. Esta es la razón de ser de todos nuestros edificios, eventos e interacciones, y la vida en Apolo se caracteriza por una gran presión y, a la vez, por una gran alegría.

Vivir en Apolo es una experiencia personal y en constante cambio. Puede ser un lugar de esfuerzo intenso y trabajo interior, y una oportunidad para compartir ese trabajo con los demás. La compañía de nuestros amigos, el cariño en el cuidado del medioambiente y el ejemplo de nuestro maestro son recordatorios constantes de nuestro objetivo de escapar de la imaginación y entrar en el presente vivo —el único lugar donde los seres humanos pueden realmente estar juntos.