Una escuela esotérica ofrece las condiciones especiales para el trabajo práctico. No se trata tan solo de un grupo de personas que se reúnen y discuten ideas elevadas, van a conferencias o leen libros. Una escuela tampoco tiene como intención curar traumas o enfermedades o atraer riquezas, relaciones, éxito o poderes especiales. De hecho, el único problema del que una escuela puede realmente decir que se ocupa es el problema de la falta de consciencia, la ausencia de presencia.
Las escuelas superiores existen para un único objetivo: proporcionar las herramientas y las condiciones que nos ayuden a establecer y mantener una conexión con nuestro Ser Superior. Aunque nuestro ser inferior pueda obtener beneficios como resultado de esta conexión, no constituyen la meta en sí. La escuela es para personas que se dan cuenta de que se requiere un trabajo largo y a veces difícil, y de que necesitan ayuda externa y guía directa para hacer este trabajo.
Las condiciones especiales que proporciona una escuela son:
- Un maestro consciente que pueda guiarnos a través del laberinto engañoso del ser inferior. Un maestro nos ayuda a vernos a nosotros mismos y a distinguir lo real de lo falso. Un maestro es también el recordatorio viviente de lo que un ser humano puede lograr.
- Un cuerpo de conocimiento preciso y objetivo con una conexión viviente a una tradición consciente y métodos probados para alcanzar el conocimiento de sí e incrementar la consciencia.
- Un ambiente solidario en el cual trabajar y la presencia y amistad de otros que se hallan comprometidos con el mismo trabajo y usan los mismos métodos.