Puedes estar presente ahora mismo, independientemente de donde estés o lo que estés haciendo; mientras lees estas palabras frente a tu laptop, por ejemplo. Cada momento ofrece de nuevo la misma oportunidad para estar presente y no tienes que cambiar tu vida para hacerlo.
Sin embargo, si tratamos de hacer esfuerzos consistentemente, durante una semana, un mes o un año, encontraremos que mientras que es simple estar presente por un momento, no es tan fácil hacerlo continuamente. Nos dejamos llevar rápidamente por nuestros pensamientos y sentimientos habituales. Puede que no tengamos que cambiar la forma externa de nuestra vida, pero sí tenemos que cambiarnos a nosotros mismos. Si realmente queremos entrar en este juego maestro, si queremos algo más que ocasionales momentos de presencia, si queremos los cambios fundamentales que provienen de aprender a promover y prolongar la presencia consistentemente, entonces, no son suficientes libros, conferencias y vídeos. Es por esto que existen las escuelas. Nos permiten comprometernos con nuestro despertar y sostienen este compromiso con métodos especiales, un ambiente solidario y la ayuda de un maestro.